La Habana, 29 oct (ACN) "Un día me dio un dolor de estómago muy fuerte, cuando se lo dije a mi mamá me dio una ranitidina y me acosté esperando que pasara, pero al ver que no me llevó a casa de un vecino que es medicó el cuál me mandó para el pediátrico, pero el diagnostico final no nos lo esperábamos”.
Esta es la historia de Pedro Quevedo Corrales, un adolescente de 17 años que padece de Hepatocarcinoma Metastásico, un tipo de cáncer que llega al hígado desde otra parte del cuerpo y que lleva años combatiendo aún sin un pronóstico definido.
Su pediatra Vidal Rodríguez, quien se percató de los padecimientos del entonces niño y arrojó un primer diagnóstico, explicó a la Agencia Cubana de Noticias que al realizarle el reconocimiento a Pedro detectó una bola debajo de una costilla y lo remitió al hospital pediátrico donde le realizaron ultrasonidos, los ingresaron y al día siguiente una tomografía.
Judith Corrales Pupo, madre del adolescente, comentó que a su hijo no le dio ningún síntoma que se pudiera asociar con esta enfermedad, solamente presentaba dolores estomacales constantes que creían que podrían aliviar en casa.
Después de hacerle la biopsias se iniciaron las quimioterapias, y actualmente está estable gracias a la vacuna CIMAher, un medicamento cubano que actúa como anticuerpo monoclonal, sin embargo él necesita otro tipo de fármaco más específico para su tipo de cáncer, pero el país no cuenta con ellos y no han podido adquirirlos por terceros países como consecuencia del bloqueo estadounidense a la isla, afirmó.
En el informe titulado “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba”, presentado por Bruno Rodríguez Parrilla, ministro de Relaciones Exteriores, se expone que 25 días de bloqueo equivalen al financiamiento requerido para cubrir las necesidades del cuadro básico de medicamentos del país durante un año, cuyo monto alcanza cerca de 340 millones de dólares.
Esa unilateral medida representa un acto de genocidio y una violación flagrante, masiva y sistemática de los derechos humanos, se convierte en una cruel e injusta política de castigo para los cubanos.