Santiago de Cuba, 9 jul (ACN) Con 35 años de labor en el municipio de Songo-La Maya, de Santiago de Cuba, el galeno Francisco Hodelín asegura el honor de integrar el Programa del Médico y Enfermera de la Familia, fundado hace cuatro décadas.
Según refirió a la Agencia Cubana de Noticias, en las localidades del Plan Turquino inició su experiencia laboral como especialista en Medicina General Integral, entre 1989 y 1991, a pocos años de instituirse por el Comandante en Jefe Fidel Castro.
Destacó el retorno a las zonas de difícil acceso como titular del área de salud de Jarahueca, en el propio municipio, desde 1994 hasta 1996, con el propósito de guiar a los nuevos profesionales, ávidos de conocimientos basados en la experiencia.
Aseguró el tránsito por diferentes esferas del ramo hasta vincularse al Programa de Atención Materno-Infantil mediante la detección de malformaciones congénitas por ultrasonido diagnóstico, especialidad que lo atrajo por su alta sensibilidad.
Significó lo honorable de llevar salud gratuita y de calidad a zonas montañosas donde resultaba difícil acercar al personal sanitario, y aseguró la satisfacción de revertir indicadores negativos mediante el acceso a vacunas, consultas especializadas y otros servicios.
De acuerdo con Hodelín, resulta admirable la labor desarrollada por los médicos y enfermeros de estos tiempos en las comunidades, pues procuran mantener la excelencia asistencial pese las dificultades del país para adquirir recursos.
Saber mezclarse con la población, conocer sus características, problemáticas y establecer relaciones basadas en la confianza resultan imprescindibles para los representantes de la Medicina Familiar, en aras de curar y prevenir también males del alma, explicó.
A 40 años de iniciado, el Programa del Médico y Enfermera de la Familia en el territorio garantiza la atención a más de un millón de habitantes en zonas rurales y urbanas, con énfasis en el cuidado a gestantes, infantes y adultos mayores.