Aunque por estos días ministros y otros altos funcionarios y académicos, de varios países y organismos internacionales, debaten en La Habana sobre los modelos de gestión de la salud pública a nivel global, regional y local, y el fortalecimiento de los sistemas sanitarios en la etapa post COVID-19, la Organización Mundial de la Salud (OMS) se ve obligada a recortar un 20% su presupuesto del actual año.
Desde que Donald Trump regresó a la presidencia en enero, el propio mandatario anunció la retirada de Estados Unidos de la OMS y decidió congelar la ayuda al exterior, incluidos importantes programas para mejorar la asistencia sanitaria en todo el planeta.
En el nivel internacional ello ha causado una honda preocupación entre los expertos, pues ese país es el primer aportador de fondos a la institución, con unos mil 300 millones de euros anuales, alrededor de un 20%-30% del presupuesto total.
Además, el jefe de la Casa Blanca ha anunciado grandes recortes en entidades estadounidenses de la salud como la agencia de medicamentos FDA, el centro de control de enfermedades CDC y los institutos nacionales de salud NIH.
En contraposición, la celebración del 21 al 25 de abril, en La Habana, de la V Convención Internacional Cuba-Salud 2025 y sus eventos asociados: la XVI Feria Comercial Salud para todos y la Segunda Feria de Turismo Médico y Bienestar, reflejan el compromiso de la isla caribeña con ese importante sector, la sostenibilidad y la colaboración internacional.
Porque en su intento por socavar y desacreditar a la Revolución cubana, Washington ha desatado una feroz campaña contra la colaboración médica o exportación de los servicios profesionales, no obstante, haber ésta salvado millones de vida en el orbe y contribuido a la formación de galenos, enfermeros y técnicos.
Tal cual se dijo en el más reciente podcast Desde La Presidencia, cuyo conductor es el presidente de la República, Miguel Díaz-Canel, ese intento desesperado por bloquear la cooperación cubana tiene dos propósitos claros.
Uno es cerrar cualquier vía de acceso de ingresos al país, hasta en una actividad tan noble y necesaria para otras naciones como son los servicios de salud y la otra razón resulta política e ideológica: quieren acabar con el ejemplo de Cuba.
En el referido espacio radio-televisivo el doctor José Ángel Portal Miranda, ministro de Salud Pública, comentó que al gobierno de EE.UU. le molesta, en primer lugar, el reconocimiento internacional de los colaboradores cubanos, por lo que han logrado trasmitir al mundo en materia de solidaridad, y en lograr la verdadera salud para los pueblos.
A su arribo a La Habana para participar en la convención, Michael Deville, titular de Salud de la Mancomunidad de Bahamas, declaró que los galenos cubanos han servido por más de 20 años en zonas de difícil acceso de su nación, la cual presenta dificultades con la cobertura en las comunidades.
"El altruismo que caracteriza a ese profesional (cubano) de la salud, incondicional y dispuesto a entregar su vida por su paciente, constituye un elemento fundamental al cual nuestros enemigos le tienen muchísimo miedo. Nos conocen tanto que se dan a la tarea de inventar falacias, en aras de querer desprestigiar algo sobre lo que ellos mismos tienen claridad”, dijo por video conferencia desde Tegucigalpa un joven galeno.
Se trata del doctor Luther Castillo Harry, secretario de Estado en el Despacho de Ciencia y Tecnología de la República de Honduras, quien contó que en marzo de 1999 llegó acá cargado de sueños, comprometido con la triste realidad de su comunidad (garífuna) y su país y años después egresó con honores, en la primera graduación de la Escuela Latinoamericana de Medicina.
Precisamente, Castillo Harry participa en la V Convención Internacional Cuba-Salud 2025, en la cual sin dudas tiene mucho que contar al respecto.
Según el doctor José Ángel Portal Miranda desde mayo de 1963, fecha que marca el inicio oficial por Argelia de la colaboración médica cubana hasta la actualidad, más de 600 mil cooperantes han brindado sus servicios en 165 naciones.
En estos momentos, una cifra que supera los 24 mil ofrecen su humanismo y solidaridad en 56 países, pese a las campañas de odio y mentiras que sobre el tema promueve la administración de Donald Trump, esa misma que retiró la presencia de Estados Unidos de la OMS, cortó drásticamente la ayuda al exterior y redujo el presupuesto sanitario destinado a su propia población.